DEFINICION
Las drogas son sustancias químicas que alteran el funcionamiento del cuerpo y la mente. Estas pueden ser legales, como el alcohol y el tabaco, o ilegales, como la marihuana (en algunos países), la cocaína, el éxtasis, las metanfetaminas, entre otras. También se incluyen los medicamentos de uso controlado que son consumidos sin prescripción médica, lo cual es igualmente riesgoso. Todas estas sustancias afectan el sistema nervioso central y pueden generar dependencia física, psicológica o ambas.
Durante la adolescencia, los jóvenes atraviesan una etapa de cambios físicos, emocionales y sociales importantes. Es un periodo de búsqueda de identidad, de necesidad de aceptación por parte de los demás, de curiosidad y de exposición a nuevas experiencias. En este contexto, los adolescentes pueden ser particularmente vulnerables a las influencias externas, como la presión de grupo, el ejemplo de adultos cercanos o la información que consumen en redes sociales y medios de comunicación.
El consumo de drogas en esta etapa puede tener graves consecuencias. A nivel físico, puede alterar el desarrollo cerebral, afectar órganos vitales y provocar enfermedades crónicas. A nivel mental y emocional, puede generar ansiedad, depresión, pérdida de memoria, baja autoestima y, en casos más graves, trastornos psicóticos. Además, el uso frecuente puede llevar al fracaso escolar, conflictos familiares, aislamiento social y comportamientos de riesgo como la violencia o la delincuencia.
Es importante destacar que muchos adolescentes no consumen drogas por maldad o rebeldía, sino por falta de orientación, por querer escapar de problemas personales o por sentirse aceptados. Por ello, la prevención y la educación son claves. Las familias, las escuelas y la sociedad en general deben estar involucradas en el desarrollo de programas de apoyo, espacios de escucha y alternativas saludables de esparcimiento para los jóvenes.
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